Situando el perfil de AL y PT en la escuela inclusiva

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Milagros Rubio Pulido es Orientadora, logopeda y maestra de pedagogía inclusiva, participante en comisiones de asesoramiento para el diseño inclusivo del currículo educativo. Asesora de tecnologías educativas y diseño de materiales didácticos digitales y accesibles en la Consejería de Educación de la Junta de ExtremaduraColaboradora en publicaciones sobre inclusión, diseño curricular y tecnología educativa. Formadora docente y tutora en centros de profesorado y Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.


Llámese maestro de educación especial, maestro de pedagogía terapéutica (PT), maestro de audición y lenguaje (AL), maestro especialista de apoyo… ¿Cómo debemos entender el cometido de estos perfiles? Aún conscientes de que ha evolucionado la concepción de la educación, en general, y de la inclusión, en particular, seguimos reproduciendo prácticas de apoyo sesgadas, sectarias y hasta excluyentes. ¿Estas prácticas pueden llevar el adjetivo “inclusivas”?

Legitimar la práctica

Para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (ANEAE), el apoyo fuera del aula ordinaria y, por ende, al margen del grupo de referencia, se ha convertido en el sistema de apoyo predominante en muchos centros educativos desde que se proclamara el modelo de integración de la LOGSE (1990). Tres décadas después y con varias reformas legislativas hasta la actual LOMLOE (2020), seguimos anclados en la integración más que en la inclusión. Quizás porque interpretamos y concretamos la ley de forma distinta, pero quizás también por desconocimiento, desidia, negligencia y hasta negacionismo inclusivo. Es indiscutible que estamos preocupados por este asunto y, en general, hay voluntad de cambio; la cuestión es cómo nos estamos ocupando de la inclusión. 

Podemos argumentar diferentes razones para no hacer posible un cambio de modelo: rigidez de horarios, falta de recursos personales y materiales, ratios elevadas, heterogeneidad del alumnado, clases tradicionales, alto porcentaje de alumnado con NEAE en el centro, pertinencia de intervenciones especializadas, desarrollo de programas individualizados… Razones que nos llevan a seguir legitimando la práctica de apoyos de AL y PT fuera del grupo de referencia.

También hay centros que, en un intento de avanzar hacia un modelo inclusivo, prescriben que todos los apoyos al alumnado con NEAE sean dentro del aula ordinaria. Evidentemente, si se trata de una presencia física, en la que el alumno o alumna trabaja de forma independiente y paralela a lo que hace el resto del grupo, estamos hablando de pseudo inclusión; una práctica que puede ser igual o más ofensiva que el apoyo fuera, al señalar al alumno/a como diferente, marginal, persona florero o residual. Es una forma de estar ausente en la presencia.

No es cuestión de todo o nada

La flexibilización como principio que debe regir nuestras prácticas en educación es una vez más la respuesta para avanzar hacia una escuela inclusiva. Flexibilizar horarios, espacios, agrupamientos, actividades, recursos, apoyos… pensando en que las mismas condiciones NO son la solución para todo el alumnado.

¿Cómo debemos entender esa flexibilización en el apoyo de AL y PT? 

Habrá momentos del proceso didáctico donde estos perfiles acompañen al alumnado con NEAE dentro del aula, pero simultáneamente serán docentes referentes para el resto del grupo (por ejemplo: para resolver dudas comunes); habrá momentos y casos donde sea pertinente el apoyo fuera del aula de referencia (por ejemplo: para frenar una rabieta, mitigar una crisis de ansiedad o anticipar una situación grupal que genera malestar); habrá situaciones puntuales que requieran un acompañamiento mediado por estos especialistas (por ejemplo: en la escolarización de alumnado inmigrante con desconocimiento del idioma, para permitir la transición de un espacio a otro en alumnado con autismo…); habrá grupos y alumnos sin NEAE que requieran de la ayuda del AL y PT cuando afrontan dificultades propias de los aprendizajes relacionados con las materias instrumentales, etc. En todos estos casos, la clave está en que NO haya un único modelo organizativo de los apoyos de AL y PT, en el sentido de que no sea el mismo para todos los ANEAE ni para todo un curso escolar. 

Uno para todos y todos paras uno

Existe cierta inquietud en el colectivo de AL y PT respecto a la continuidad y necesidad de su perfil en los centros, tratando de buscar respuestas a estas preguntas: “Si todos los docentes deben garantizar la inclusión y ésta debe ser prioritariamente dentro del aula, ¿qué haremos los AL y PT a partir de ahora? ¿Para qué servimos?” Nuevamente es una cuestión que está legitimando sus prácticas fuera del aula como la mejor opción posible. Por otro lado, sería paradójico estar exigiendo más recursos personales en los centros para conseguir la inclusión y, precisamente, se tuviera que prescindir de los especialistas en inclusión para hacerlo.

Como especialista de apoyo a la inclusión, el AL y PT desempeñan sus funciones con los diferentes agentes de la comunidad educativa; esto no podemos ni obviarlo ni olvidarlo. 

  • En el centro educativo, para sensibilizar mediante prácticas inclusivas (por ejemplo, planificando recreos donde todos juegan), analizar y mejorar la accesibilidad universal, crear una batería de recursos didácticos de apoyo, garantizar estrategias diversas de atención a la diversidad en los documentos de planificación educativa del centro, etc.
  • Con el profesorado: trabajar en codocencia, colaborar en el diseño de programaciones y situaciones de aprendizaje con enfoque DUA, informar y formar sobre la atención a determinados NEAE, participar en el proceso de evaluación psicopedagógica junto a los servicios de orientación, etc.
  • Con el alumnado en general: desarrollar programas preventivos como son los programas de estimulación del lenguaje, educación emocional, entrenamiento en funciones ejecutivas, desarrollo de habilidades sociales, fomento de la lectura, etc.
  • Con las familias: ofreciendo orientaciones pedagógicas y mediando en el proceso educativo para darle coherencia y continuidad entre el colegio y el hogar, prioritariamente en relación al alumnado con NEAE.

Qué duda cabe que su principal función la tienen con el alumnado que presenta NEAE para garantizar su inclusión desde la presencia, participación y progreso en un contexto didáctico ordinario.

Convertir lo ordinario en extraordinario

Extraordinario entendido como sensacional, impresionante, excelente, sobresaliente… precisamente porque gracias al perfil de un AL y  PT es más que posible diseñar y llevar a cabo acciones didácticas inclusivas buscando la participación y aprendizaje de todo el alumnado. ¿Cómo? desde la especialización que les caracteriza: el PT como experto en estrategias pedagógicas para la personalización del aprendizaje dirigidas al alumnado con NEAE para favorecer su desarrollo académico, personal y socioemocional, y el AL como experto en la prevención. detección e intervención de las dificultades ligadas al ámbito comunicativo-lingüístico.

Sabiendo que las necesidades surgen en la interacción entre la persona y el contexto, su cometido inicial será identificar barreras tanto en el diseño previo de una acción didáctica como en el desarrollo de la misma, es decir tanto de forma preventiva como reactiva; ya sea una acción didáctica de corta o largo duración, dentro o fuera del centro escolar y ya se llame actividad, tarea competencial, proyecto, unidad didáctica o situación de aprendizaje. No es el nombre lo importante, sino el sentido y funcionalidad que le damos a dicha acción.

Tener identificadas las barreras permitirá arbitrar facilitadores que reduzcan o eliminen dichas barreras. Por ejemplo: barreras físicas en cuanto a la disposición y utilización del mobiliario del aula, barreras comunicativas al emplear el lenguaje oral y escrito como único instrumento de comunicación, barreras sociales al anteponer el trabajo individual respecto al colectivo, etc. En relación al concepto de barreras contextuales, surge la importancia de la accesibilidad universal como principio (artículo 1 del texto consolidado de LOE); y al servicio de este principio está el diseño universal para el aprendizaje (DUA), un enfoque que nos permite reflexionar sobre la accesibilidad en nuestros diseños didácticos.

¿Qué facilitadores arbitrará un maestro de AL o PT en una acción didáctica que entendemos como INCLUSIVA?

  • Un maestro de AL/PT sabrá qué adaptaciones de acceso al currículo son más pertinentes en cada caso de NEAE. Por ejemplo: uso de ayudas técnicas especializadas, implementación de un sistema alternativo o aumentativo de comunicación (SAAC) como la Lengua de Signos o el Braille, la estructuración ambiental o recursos adaptados.
  • Un maestro de AL/PT diseñará o ayudará en el diseño de materiales didácticos accesibles. Por ejemplo: textos en lectura fácil, recursos pictografiados, visualizadores gráficos, autoinstrucciones, historias o guiones sociales, cuadernos interactivos, materiales manipulativos, claves visuales-táctiles-auditivas, etc. Además, podrá asesorar sobre recursos tecnológicos que ayuden a compensar las dificultades de aprendizaje del alumnado.
  • Un maestro de AL/PT asesorará sobre alternativas para proponer actividades de enseñanza-aprendizaje. Por ejemplo: actividades multinivel, cajas de aprendizaje, estaciones de aprendizaje, paisajes de aprendizaje, talleres de intereses, etc. permitiendo los apoyos graduados necesarios para realizarlas, incluso cuando se trata de actividades específicas de evaluación.
  • Un maestro de AL/PT propondrá diferentes opciones de organización espacio-temporal para enriquecer las experiencias de un aula (descansos activos, asambleas, organización de rincones, usos múltiples de un mismo espacio, momentos de relajación y distensión, etc.)
  • Un maestro de AL/PT ayudará en la sistematización de metodologías inclusivas que empoderen a todo el alumnado y, especialmente, que favorezcan la cohesión grupal y sentido de pertenencia a través de estructuras de aprendizaje cooperativo, grupos interactivos, mentoría entre iguales, dinámicas de distensión, etc.
  • Un maestro de AL/PT colaborará en el diseño y aplicación de diferentes instrumentos para la evaluación formativa acordes a la capacidad de respuesta del alumnado con NEAE y actuará como agente evaluador de dicho alumnado. En definitiva, participará desde su perfil en cualquier elemento de la acción didáctica que posibilite un aprendizaje exitoso para el alumnado con NEAE. 

Los facilitadores anteriores encajan perfectamente dentro del concepto de ajustes razonables recogido en el artículo 80 del texto consolidado de LOE, concepto ya propuesto en 2006 por la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Trabajando de este modo es como aseguramos la progresiva adopción de medidas de atención a la diversidad para que las opciones específicas que se adopten en casos particulares no tengan que ser ni tan numerosas ni tan significativas o excepcionales. 

AL y PT deben intervenir desde la pertinente coordinación entre ambos perfiles y con el resto de profesionales y, sobre todo, desde el peso que adquiere la docencia compartida en la escuela inclusiva, entendida como una estructura donde ambos docentes trabajan con todo el alumnado mediante la responsabilidad compartida e intercambio de funciones para planificar, enseñar y evaluar desde la experiencia, conocimiento y habilidades que le caracterizan; llegándose a desdibujar muchas veces qué es tuyo y qué es mío, porque el compromiso de la educación inclusiva es de TODOS, no sólo de los especialistas de apoyo.

¿Inclusión por imposición?

Un modelo de escuela inclusiva que percibimos como impuesto quedará, probablemente, colgado en la percha del armario. Cambiar nuestras prácticas no es un paso ni fácil ni rápido, en gran parte por la cultura de valores de un centro, por ese currículo implícito que subyace en cualquier escuela y comunidad educativa. 

Ninguna ley cambiará la escuela porque ese cambio sólo es posible desde dentro, no desde fuera. Son los procesos de reflexión conjunta y de investigación-acción sobre la práctica los que podrán ayudarnos a entender que hay que desvestirse primero para cambiar de modelo.

Las imágenes han sido creadas con IA Copilot