El reto de hacer efectivo el aporte de las familias en la escuela

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Martha Robles Escárraga. Colombiana. Formadora y consultora en temas de inclusión y discapacidadAdministradora con especialización en mercadeo y alta gerencia de marketing de la Universidad Javeriana. Diplomado en educación inclusiva del Ministerio de Educación del Perú, y pasantía en educación inclusiva de la Fundación Saldarriaga Concha e Inclusion International en el Distrito de New Brunswick, Canadá. Activista digital por los derechos de las personas con discapacidad. Marta Robles E: desde el corazón y la razón.

Aprender en la diversidad y en entonos inclusivos, es hoy en día uno de los escenarios deseables y óptimos para todos los estudiantes, de allí el interés permanente de los docentes en desarrollar nuevos recursos, poner en práctica nuevas metodologías y por supuesto aprender a generar procesos pedagógicos enmarcados dentro del Diseño Universal para el Aprendizaje, que permitan no dejar a nadie atrás en la escuela.

Sin embargo, hay una realidad innegable: no basta con enseñar para que se aprenda, porque si bien es cierto que el aprendizaje tiene un alto componente individual que podemos abordar desde el DUA ofreciendo múltiples respuestas a la motivación, a la representación y a la expresión, también hay un componente social que ningún docente puede dejar de lado y que involucra el entorno determinado por la familia, la comunidad y la cultura de pares.

Y así como no hay procesos de inclusión viables sin que se intervengan las políticas, las prácticas y la cultura escolar, podríamos decir que el proceso de aprendizaje difícilmente podrá materializarse si no hay un esfuerzo mancomunado entre docentes y familias, llevando este proceso implícito, el reconocimiento de que los saberes de las familias sobre sus hijos e hijas   independientemente de su condición social o cultural, les facultan para hacer contribuciones significativas.

3 pautas para avanzar en la misma dirección

Al igual que los estudiantes las familias también necesitan ser abordadas teniendo en cuenta sus particularidades, siendo motivadas, con mensajes y herramientas comprensibles y con la posibilidad de tener una comunicación abierta con los docentes.  Dejo aquí algunas estrategias que podrían ser de utilidad para este propósito.

  1. Motive la participación y genere compromiso

Guiados por malas experiencias previas, temor o simplemente por falta de información, algunas familias esperan que la escuela dé respuesta a las necesidades de sus hijos e hijas mediante intervenciones “especiales” y guiados exclusivamente de la mano de educadores especiales, de allí que para que lo Universal sea viable es necesario que los maestros logren generar en estas familias la confianza necesaria para convertirse en sus aliados en el proceso educativo. ¿Cómo lograrlo?

  • Explique a las familias porqué y cómo su hijo o hija verá favorecido su aprendizaje dentro del marco DUA en la escuela ordinaria.
  • Determine con las familias los logros esperados y manténgalos al tanto del avance en ellos.
  • Hágalas partícipe de los procesos de planeación general aportando los conocimientos y estrategias que puedan ser de utilidad para identificar acciones claves para eliminar barreras.
  • Escuche y valide los aportes de las familias y hágales saber cuándo se implementen.
  • Comparta con las familias tanto las dificultades en el progreso de sus hijos, como los avances conseguidos.
  • Hágales saber por qué es necesario y valioso su aporte.

2. Fortalezca el proceso de acompañamiento

Recuerde que el acervo cultural de cada familia marca una dinámica particular que debe ser abordada de manera adecuada para lograr la conexión con el propósito pedagógico del docente.

  • Ajuste su lenguaje y terminología al contexto familiar cuando se comunique con ellos.
  • Modele a las familias algunas de las actividades que realizará para que entiendan su dinámica de trabajo y puedan apoyarle.
  • Ofrezca herramientas o instrucciones concretas para que puedan apoyar al estudiante en casa.
  • Conozca las dinámicas familiares e identifique con ellos las barreras que les impiden involucrarse en el acompañamiento de los estudiantes, ofreciendo de ser posible los ajustes necesarios para que puedan hacerlo.
  • Establezca múltiples canales de interacción. 

3. Establezca múltiples canales de interacción

La interacción familias – docentes dentro de un marco de colaboración y respeto, marca la pauta para generar dinámicas saludables en beneficio del aprendizaje de los estudiantes; reconocerse mutuamente como poseedores de una parte del saber y reconocer al otro como el complemento, activa la corresponsabilidad y por ende marca la diferencia.

  • Propicie diferentes tipos de espacios de encuentro y comunicación para compartir con las familias.
  • Ofrezca a las familias diferentes alternativas para manifestar sus inquietudes.
  • Mantenga comunicación constante utilizando variados acordes con las posibilidades familiares.
  • Comparta y escuche respetuosamente las inquietudes y necesidades de las familias y los estudiantes.
  • Permita a las familias participar activamente en diferentes actividades escolares.

Involucrar a las familias es uno de los retos docentes cuya importancia ha quedado en evidencia en la actualidad, no basta con tener avances en tecnología, metodología o recursos, reconocer el valor del aporte de las familias en el proceso pedagógico y trabajar para lograr su activación resulta vital para que el aprendizaje de todos los estudiantes sea efectivo y así mismo los esfuerzos del docente en el aula logren cumplir el propósito establecido.