Javier Gómez Torres es maestro y psicopedagogo.
Ha trabajado durante 25 años en un programa de enriquecimiento con alumnado con altas capacidades.
Ahora en la UCJC ayudando a docentes a aprovechar la tecnología para emplearla en el aula.
El tiempo depende de la velocidad a la que te muevas. Sin Educación no hay futuro.
Las estadísticas son claras: según los indicadores que marca la Ley para establecer qué debemos considerar como altas capacidades (alumnos con un CI igual o superior a 120), aproximadamente el 10% de nuestro alumnado debería recibir atención específica, o si hablamos de superdotados (CI superior o igual a 130), entonces este porcentaje se reduce a aproximadamente un 2% de la población. Puede no parecer mucho, pero estoy seguro que si intentas trasladar estos porcentajes a los grupos de alumnado a los que has dado clase en los últimos años posiblemente te será muy difícil decir que estas estadísticas se cumplen. Por decirlo de una manera clara: la mayor parte de la población con altas capacidades o con superdotación no son correctamente identificados y pasan totalmente desapercibidos durante su etapa escolar.
Déjame decirte que no es culpa tuya, hay diversos factores que te lo ponen difícil tanto a ti como a tus compañeros y compañeras de claustro. En primer lugar estoy casi seguro de que durante tu formación apenas se han tratado las altas capacidades. Esto es un factor común que se repite en la mayoría de las facultades de Magisterio, Pedagogía, Psicopedagogía y en los másters de formación del profesorado. Se dice mucho que los alumnos con altas capacidades son los grandes olvidados del sistema y posiblemente coincidas con esta apreciación. Por otra parte la burocracia y los recursos disponibles para atender a estos alumnos hacen también complicado que se les pueda atender correctamente. No son pocos los alumnos que, a pesar de estar correctamente identificados (proceso que a veces lleva muchísimo tiempo), ven cómo van pasando los años sin poder acceder a los programas de atención públicos que están saturados, lo que a veces obliga a las familias a hacer un desembolso económico importante para acceder a programas privados. Por último, la carga de trabajo del docente en el aula y las ratios existentes a día de hoy complican también y mucho que tú puedas dedicar el tiempo que sabes que sería necesario para atender a estos alumnos, lo que conlleva también una carga emocional y de estrés importante al hacernos imposible trabajar como nos gustaría con todos nuestros alumnos.
A todo lo anterior se une además que cuando hablamos de altas capacidades no hablamos de un grupo homogéneo de alumnos en sus características. Los indicadores para la identificación nos hablan de niños y niñas que pueden tener un vocabulario más elaborado y extenso que los de su grupo de edad, que pueden ser muy curiosos y con una gran capacidad de observación, a veces están hipermotivados hacia una materia o un tema en concreto, o pueden ser muy sensibles y mostrar una gran preocupación por temas complejos y abstractos, o a veces predomina en ellos una gran exigencia para entregarlo todo de manera perfecta, o a veces se muestran desafiantes ante las normas y tratan de negociarlas hasta que no las comprenden perfectamente, o se puede observar que no hay sincronía entre su desarrollo emocional y su desarrollo mental… son alumnos y alumnas de los que a veces nosotros mismos nos sorprendemos cuando nos enteramos de que tienen altas capacidades, y que pueden suponer un desafío importante para intentar ofrecerles lo que necesitan para desarrollarse de manera correcta.
No, no es culpa tuya, urge sin duda un plan a nivel estatal serio que implique formación, inversión y dotación de medios para poder atender a estos niños y niñas que a veces no lo pasan bien durante su etapa de estudiantes. Hasta que llegue ese momento, afortunadamente cada vez es más sencillo poder contactar con expertos, o asistir a formaciones, webinars y cursos de especialización sobre las altas capacidades. Sigamos avanzando paso a paso hasta lograr que todos nuestros alumnos y alumnas reciban la atención que necesitan.
